“¿Por qué
no los puedo matar? Si de todas maneras vamos a morir”
Mary Bell (asesina serial)
Ciencia
básica o pura es aquella en la que la investigación busca conocimiento de un
trozo de la realidad, no tiene otra finalidad, más que la búsqueda del
conocimiento sin la urgencia de someterlos a utilidad o aplicación inmediata, por
ejemplo, los biólogos Francis Crick y James Watson al descubrir el código
genético se desenvolvían entro de la investigación básica o pura. Por otro lado,
la ciencia aplicada o tecnología es aquella que a partir del conocimiento
adquirido en ciencia básica encuentra soluciones a problemas prácticos, como
por ejemplo Robert Oppenheimer a pedido de los militares hizo posible la bomba
nuclear.
El
científico puro o básico solo tiene un deber y responsabilidad social, buscar y
difundir la verdad.
El tecnólogo
tiene adscripta otra carga de responsabilidad social, pues al diseñar o
controlar la fabricación de instrumentos o artefactos u organizaciones que
pueden perjudicar a la gente, tienen una voluntad directa sobre sus acciones y
el impacto de ellas sobre las personas y el entorno.
El biólogo
es un científico puro o básico, el médico es un biotecnólogo.
Esta
epidemia de coronavirus nos ha llevado a estar confinados obligatoriamente en
cuarentena en nuestros hogares, pues el gobierno ha hecho ley tal situación.
Nuestro frágil sistema de salud, argumentaron los responsables de tal hecho, no
está preparado para absorber un umbral de casos que excedan los recursos nimios
en él, esto se entiende a que existen pocas unidades de terapia intensiva y
profesionales a cargo de estas. Hasta ahora el argumento central fue, de que
esta cuarentena es a efectos de ganar tiempo en prepararse mejor en cuanto las
condiciones para afrontar el golpe viral masivo.
Ya vamos unos 40 días en este
trance, y a estas alturas encontramos, que los administradores de la política pública
en cuanto esta cuarentena, deciden que lo mejor es ir liberando a las cohortes
de ciudadanos que podrían ser más resistentes a una infección viral del
covid-19, de manera tal a que nuestra sociedad alcance la “inmunidad del rebaño”,
es decir un 70% de paraguayos se contagie y así se logre la inmunidad masiva.
Palabras más palabras menos, han decidido que los más jóvenes deben de correr
el riesgo de enfermar ex profeso con miras a que se campee este confinamiento.
Esta delicada decisión, me imagino esta tomada desde la más alta calidad de
conocimiento y ni que decir de la más alta responsabilidad moral, pues esta
decisión tendrá un impacto inmediato sobre todas aquellas personas a quien
alcance tal acción. Me imagino que las autoridades asumen y garantizan a todos
los ciudadanos que enfermarán una atención debida y ni que decir, darles a los
familiares de los fallecidos toda la asistencia psico-socio-económica por las
consecuencias de tan meditada acción.
Nada es tan cambiante como el
conocimiento casi incierto sobre el cuadro patológico producido por el covid-19
y ni que decir como podría evolucionar en los seres humanos infectados, leemos
por doquier los casos europeos y en nuestro continente de jóvenes, adultos jóvenes
etc. que han sucumbido a sus fulminantes efectos, con ello me asalta a la razón
de que la decisión a tomar no es del todo razonable humanísticamente hablando,
pues si lo miramos desde otra arista, la del sector económico utilitarista, si
es factible gracias a una fría racionalidad técnica, la del biotecnólogo que aporta
en esta solución su salida a la situación social de la cuarentena.
Mario
Bunge afirma que el investigador no sabe de antemano que va a descubrir, si lo
supiera no emprendería su investigación. Solo sabe que, si tiene éxito, habrá producido
un trozo de conocimiento nuevo, el que probablemente carecerá de utilidad
práctica. En cambio, el técnico sabe de antemano que clase de cosa o proceso
intentará diseñar o controlar: herramienta o máquina, edificio o puente, red
eléctrica o reacción química, nueva variedad de cereal o de bacteria, empresa o
programa social, etc. La mayor parte de las veces lo sabe porque es lo que le
han encargado: su empleador le da una orden de la forma “diseñe un artefacto (o
proceso u organización) conforme a las especificaciones contenidas en este
pliego”.
Durante un programa especial emitido por Telefuturo, el director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, explicó que la meta no es detener del todo la pandemia del coronavirus [...] sostuvo que "tenemos que contagiarnos" [...] “Hay que flexibilizar un poco la cuarentena [...] La meta no es parar la epidemia, sino enfermarnos a este ritmo, inclusive a uno más rápido”. (https://www.ultimahora.com/sequera-la-meta-no-es-detener-la-epidemia-n2880901.html)
¡Las
bajas que resulten de esta estrategia tienen bien identificados a sus verdugos,
serán el fruto de un frío cálculo y de una acción extremadamente meditada!
* Victor M. Oxley (Dr. en Educación y Lic. en Filosofía)
Que buen artículo Víctor. Ayer lo escuché al Dr. sequera y me pareció que quedó más dudas de lo que pudo aclarar, porque que pasa de los enfermos tienen padres,abuelos etc. Y lo segundo que pasará del otro 30% que no se enferma seguirá escondido en sus casas?, podremos cubrir toda la demanda de los enfermos en el sistema sanitario?. Muy Buen artículo
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