Mangorè Eterno Ediciòn Especial 130 aniversario de su nacimiento

Revista Ñande Reko Nº 1

sábado, 28 de septiembre de 2013

A LA OPINIÓN PÚBLICA



El texto que sigue, es un comunicado dado a la prensa por el bisnieto de Agustín Pío Barrios: Marcelo Enrique Barrios, el día 23 de setiembre de 2013 en la Secretaria de Desarrollo para Repatriados y Refugiados Connacionales
 
Mi nombre es Marcelo Enrique Barrios Asalino, soy hijo de Enrique Antonio Barrios Morales y de Elvira Luisa Asalino de Barrios, mis abuelos son Pedro Virgilio Barrios Villalba y Carmen Morales de Barrios, mis bisabuelos son Agustín Pío Barrios Ferreyra y Gregoria Isabel Villalba. Llevo con todo orgullo mis apellidos. Con miras a todo lo tristemente acontecido en esferas de la cultura, me refiero a los hechos que una vez más manosean facetas de la vida de mi bisabuelo Agustín Barrios Mangoré, me veo obligado a expresar públicamente cuanto sigue.
Soy totalmente consciente del lugar de mi bisabuelo Agustín Pío Barrios Mangoré en la historia cultural, me llena de orgullo toda su labor; hoy a 69 años del nacimiento de su mito universal, su trayectoria surca los umbrales de la eternidad; sus obras y su memoria han cobrado dimensiones de gran envergadura.
Por mi sangre corre la sangre paraguaya de mi bisabuelo Agustín y mi abuelo Pedro Virgilio que, a instancias de su amor a la patria fue a luchar en la Guerra del Chaco junto con sus connacionales, mientras que su padre ayudaba a la causa con donaciones aportadas de su propio pecunio a través de sus actuaciones de concierto. Me consta que ambos amaban sobre maneramente a su país.
El legado de Mangoré es su obra, que por naturaleza es inmaterial en esencia así como el espíritu de su creador, pero no por ello no se dejan de manifestar, muy por el contrario, esa condición les da más fuerza de concreción pues a manera de posesión impulsa a espíritus en sintonía símil a corporeizarlas. El Paraguay referenciado en sus ilustres hijos, como lo son Cayo Sila Godoy, Berta Rojas y Luz María Bobadilla y tantos otros, ha sabido enaltecer a su compatriota Agustín Barrios Mangoré de la forma apropiada, difundiendo su gran obra, interpretándola por todos los confines de la tierra, estos actos son los que hoy hacen brillar con toda claridad la gigante figura del genio de San Juan Bautista de las Misiones.
Sobre las palabras que antepuse, hoy debo decir, que me llena una profunda congoja el saber que, existen personas que desean anteponer sus mezquinos intereses egoístas y con ello ser obstáculos a que la humanidad toda se prive del goce estético que la obra de mi bisabuelo produce en la emotividad profunda del ser que lo desea acoger. Me indigna que unas personas inescrupulosas se arroguen un derecho que no les pertenece. Me entristece ser testigo de cuánto daño produce la avaricia de algunos. Se ha dicho que han esperado 69 años a que mi familia reclame sus derechos sobre las obras de Agustín Barrios, el patriarca de mi sangre, además de que nos han dormido en esto, y que a instancias de nuestra impotencia y desinterés lo hemos dejado librado a la desidia. Existe un largo paréntesis que la gente no conoce sobre los hechos que hoy saltan con toda fuerza, y que ponen en el centro de todo, los derechos de autor del genio de la guitarra. Desde que mi memoria registra imágenes, estas hoy se me presentan en figuras que tal vez estén referenciadas en los nombres e imágenes, que en esas cartas, fotografías y documentos se apilan entre las cosas de mi abuelo y de mi padre -algunas datan de fines de los años 60- y me cuentan una historia, símil a la que se expone al público hoy con el actuar de esta gente sin moral: los mismos motivos, las mismas acciones, las mismas instituciones pero hoy representadas y encarnadas por otras personas pero que llevan la misma ambición de aquellas. Quiero dejar bien en claro que, mi familia, desde el interés y voluntad que pusiera mi abuelo Pedro Virgilio, a través de los reconocimientos de las potestades que le emanan de ser el único heredero legal y legítimo de su padre, mi bisabuelo Agustín, y que desde los años 70 personas connotadas de la sociedad cultural del Paraguay a través de las instituciones a quienes representaban, como ser el Centro de Guitarra Clásica “Gustavo Sosa Escalada” o Autores Paraguayos Asociados APA han hecho gestiones a su favor con el fin de hacer real que esos derechos intelectuales de propiedad sobre las obras musicales sean concretadas, lastimosamente su fallecimiento no le permitió lograr ese sueño legítimo, más estos hechos dejan en evidencia, que de aquella época a esta, se ha reconocido el derecho inalienable de mi familia, pues también mi padre fue asistido por esas entidades citadas en el menester de lograr adjudicarse los derechos de autor de su abuelo hasta su muerte prematura, de aquí que todo lo actuado pone en primer plano de que lo que hoy se reclama por parte de otras personas,  son en perjuicio de prerrogativas únicas de mi familia.
Creo que el pueblo paraguayo y el mundo, no pueden ser manipulados en extorsivos chantajes de usurero que lo priven del goce de su auténtica expresión, la cultura es un bien de todos, no se la puede censurar por decretos oficiales ni mucho menos por acciones legales que la hagan un bien de acceso exclusivo a solo unos pocos, o como por ejemplo hacer de un nombre como el de mi bisabuelo “Mangoré” “marca registrada”. Desde mi condición legítima y legal de ser el bisnieto de Agustín Pío Barrios Ferreyra, voy a hacer todo lo posible en cuanto mi alcance este, en apoyar con todas mis energías cualquier iniciativa de difundir el legado del ilustre paraguayo universal sin trabas de ninguna clase, y voy a apoyar cualquier intento que connote su memoria en el entendimiento de los pueblos sin ningún tipo de censura, mientras que a la par pondré todo mi apoyo a que sus restos mortales regresen a su amada tierra guaraní, y si para ello es condición necesaria la intervención mía en este “ilegal e ilegítimo” juicio sucesorio, tengo las condiciones jurídicas y morales para hacerlo.



                                                               Marcelo Enrique Barrios
                                                                    D.N.I. 22.750.941