El texto que sigue, es un comunicado dado a la prensa por el bisnieto de Agustín Pío Barrios: Marcelo Enrique Barrios, el día 23 de setiembre de 2013 en la Secretaria de Desarrollo para Repatriados y Refugiados Connacionales
Mi nombre es Marcelo Enrique Barrios Asalino,
soy hijo de Enrique Antonio Barrios Morales y de Elvira Luisa Asalino de
Barrios, mis abuelos son Pedro Virgilio Barrios Villalba y Carmen Morales de
Barrios, mis bisabuelos son Agustín Pío Barrios Ferreyra y Gregoria Isabel
Villalba. Llevo con todo orgullo mis apellidos. Con miras a todo lo tristemente
acontecido en esferas de la cultura, me refiero a los hechos que una vez más
manosean facetas de la vida de mi bisabuelo Agustín Barrios Mangoré, me veo
obligado a expresar públicamente cuanto sigue.
Soy totalmente consciente del lugar de mi
bisabuelo Agustín Pío Barrios Mangoré en la historia cultural, me llena de
orgullo toda su labor; hoy a 69 años del nacimiento de su mito universal, su
trayectoria surca los umbrales de la eternidad; sus obras y su memoria han
cobrado dimensiones de gran envergadura.
Por mi sangre corre la sangre paraguaya de mi
bisabuelo Agustín y mi abuelo Pedro Virgilio que, a instancias de su amor a la
patria fue a luchar en la Guerra del Chaco junto con sus connacionales,
mientras que su padre ayudaba a la causa con donaciones aportadas de su propio
pecunio a través de sus actuaciones de concierto. Me consta que ambos amaban
sobre maneramente a su país.
El legado de Mangoré es su obra, que por
naturaleza es inmaterial en esencia así como el espíritu de su creador, pero no
por ello no se dejan de manifestar, muy por el contrario, esa condición les da
más fuerza de concreción pues a manera de posesión impulsa a espíritus en
sintonía símil a corporeizarlas. El Paraguay referenciado en sus ilustres
hijos, como lo son Cayo Sila Godoy, Berta Rojas y Luz María Bobadilla y tantos
otros, ha sabido enaltecer a su compatriota Agustín Barrios Mangoré de la forma
apropiada, difundiendo su gran obra, interpretándola por todos los confines de
la tierra, estos actos son los que hoy hacen brillar con toda claridad la
gigante figura del genio de San Juan Bautista de las Misiones.
Sobre las palabras que antepuse, hoy debo
decir, que me llena una profunda congoja el saber que, existen personas que
desean anteponer sus mezquinos intereses egoístas y con ello ser obstáculos a
que la humanidad toda se prive del goce estético que la obra de mi bisabuelo
produce en la emotividad profunda del ser que lo desea acoger. Me indigna que
unas personas inescrupulosas se arroguen un derecho que no les pertenece. Me
entristece ser testigo de cuánto daño produce la avaricia de algunos. Se ha
dicho que han esperado 69 años a que mi familia reclame sus derechos sobre las
obras de Agustín Barrios, el patriarca de mi sangre, además de que nos han
dormido en esto, y que a instancias de nuestra impotencia y desinterés lo hemos
dejado librado a la desidia. Existe un largo paréntesis que la gente no conoce
sobre los hechos que hoy saltan con toda fuerza, y que ponen en el centro de
todo, los derechos de autor del genio de la guitarra. Desde que mi memoria
registra imágenes, estas hoy se me presentan en figuras que tal vez estén
referenciadas en los nombres e imágenes, que en esas cartas, fotografías y
documentos se apilan entre las cosas de mi abuelo y de mi padre -algunas datan
de fines de los años 60- y me cuentan una historia, símil a la que se expone al
público hoy con el actuar de esta gente sin moral: los mismos motivos, las
mismas acciones, las mismas instituciones pero hoy representadas y encarnadas
por otras personas pero que llevan la misma ambición de aquellas. Quiero dejar
bien en claro que, mi familia, desde el interés y voluntad que pusiera mi
abuelo Pedro Virgilio, a través de los reconocimientos de las potestades que le
emanan de ser el único heredero legal y legítimo de su padre, mi bisabuelo
Agustín, y que desde los años 70 personas connotadas de la sociedad cultural
del Paraguay a través de las instituciones a quienes representaban, como ser el
Centro de Guitarra Clásica “Gustavo Sosa Escalada” o Autores Paraguayos
Asociados APA han hecho gestiones a su favor con el fin de hacer real que esos
derechos intelectuales de propiedad sobre las obras musicales sean concretadas,
lastimosamente su fallecimiento no le permitió lograr ese sueño legítimo, más estos
hechos dejan en evidencia, que de aquella época a esta, se ha reconocido el
derecho inalienable de mi familia, pues también mi padre fue asistido por esas
entidades citadas en el menester de lograr adjudicarse los derechos de autor de
su abuelo hasta su muerte prematura, de aquí que todo lo actuado pone en primer
plano de que lo que hoy se reclama por parte de otras personas, son en perjuicio de prerrogativas únicas de mi
familia.
Creo que el pueblo paraguayo y el mundo, no
pueden ser manipulados en extorsivos chantajes de usurero que lo priven del
goce de su auténtica expresión, la cultura es un bien de todos, no se la puede
censurar por decretos oficiales ni mucho menos por acciones legales que la
hagan un bien de acceso exclusivo a solo unos pocos, o como por ejemplo hacer
de un nombre como el de mi bisabuelo “Mangoré” “marca registrada”. Desde mi
condición legítima y legal de ser el bisnieto de Agustín Pío Barrios Ferreyra,
voy a hacer todo lo posible en cuanto mi alcance este, en apoyar con todas mis
energías cualquier iniciativa de difundir el legado del ilustre paraguayo
universal sin trabas de ninguna clase, y voy a apoyar cualquier intento que
connote su memoria en el entendimiento de los pueblos sin ningún tipo de
censura, mientras que a la par pondré todo mi apoyo a que sus restos mortales
regresen a su amada tierra guaraní, y si para ello es condición necesaria la
intervención mía en este “ilegal e ilegítimo” juicio sucesorio, tengo las
condiciones jurídicas y morales para hacerlo.
Marcelo Enrique Barrios
D.N.I. 22.750.941